Barcelona, 9 de octubre de 2017.- La innovación de las tecnologías de la información es tan frenética que ahora que llega la cuarta revolución industrial, algunos permanecen inquietos en la generación 2.0. En Barcelona hemos podido disfrutar de varias ferias temáticas sobre el Internet de las Cosas que paso a resumir con la ayuda del periódico La Vanguardia:
“Si el teléfono móvil sirve para todo, en el salón IoT (siglas de internet of the things, el internet de las cosas) Solutions World Congress se demuestra que los sensores permiten desde optimizar el mantenimiento de los tanques petroleros hasta arreglar de manera inmediata y certera ese ascensor de la oficina que cada dos por tres está averiado. Los casos prácticos son infinitos: en los campos frutales de Argentina sufrieron pérdidas millonarias varios años por las heladas. Un sistema de sensores desarrollado por Analog Devices “permite predecir las bajadas de temperatura más críticas y tomar las acciones correspondientes para evitarlas”, explica el ingeniero Thomas Watteyne. Los mismos aparatos también se utilizan en un escenario bien diferente, para optimizar la gestión de un puerto deportivo en Francia. “Se trata de tener muchos datos, los datos son el valor que aporta información y con ello se puede facilitar la toma de decisiones a la empresa y ofrecer un mejor producto al cliente”, resume Francesc Juan de Schneider Electric. Es uno de los pocos asistentes que habla español, el 90% de los congresistas son internacionales, lo que convierte a Fira de Barcelona estos días en un cosmopolita oasis ajeno al ruido de banderas. El paro general del martes no se notó, la actividad fue completamente normal. El blockchain (la tecnología utilizada para las monedas virtuales) y otros conceptos indescifrables para la mayoría eran el motivo de conversación en las cafeterías de la feria, más alejadas que nunca de la calle. El salón IoT es la joya de la corona pero también apunta maneras el IN(3D)USTRY From Needs to Solutions. Se estrenó el año pasado en un pequeño espacio de Montjuïc y ya se ha hecho mayor como ejemplo de que la tecnología de impresión 3D se ha hecho un hueco en las empresas automovilísticas y aeronáuticas. “Aquí no se venden máquinas, nos centramos en el jugo que se le puede sacar a los aparatos”, explica el experto Antoni Camí. Un ejemplo es el de Voladd, que se presenta como el Netflix de la impresión 3D. A través del móvil se puede escoger productos de un variado catálogo e imprimirlos sin complicaciones”.
La digitalización de nuestras vidas personal y profesionales es el objetivo del Internet de las Cosas. La mayoría de los aparatos que nos acompañan día a día tendrá su particular conexión a Internet. Todo una fuente de información colosal que requerirá de software y profesionales que sepan interpretarlos para obtener decisiones de negocio. Este vídeo da más detalles:
Por lo tanto, la mejor recomendación será estar muy cerca de las compañías tecnológicas creadoras de soluciones eficientes y competitivas en la era de la conexión total y en tiempo real del ser humano con sus robots y sus circunstancias.