Barcelona, 4 de setiembre 2018.- La competencia tecnológica entre las diferentes potencias ha llegado al terreno del superordenador más potente y rápido del mundo y la historia del ser humano. De momento, el último campeón es americano de la mano de IBM y Nvidia, tras 5 años de liderazgo chino.
Esta máquina es imposible para consumo empresarial, pero un superordenador sólo con un 1% de prestaciones sería un sueño para la gestión de cualquier empresa de transporte, ya sea a escala europea o mundial. Tanto la previsión de la demanda, la planificación de las rutas, los imprevistos o logística inversa sería cuestión de un suspiro.
Mientras seguimos con la admiración de esta maravilla tecnológica, reproduzco a continuación lo más destacado de la información publicada por Omicrono.
Reportaje de Omicrono: Summit es el nuevo superordenador más potente del mundo, creado en colaboración entre IBM y Nvidia. La fascinación que tenemos por los superordenadores es insana. Nunca usaremos ninguna de estas increíbles máquinas, pero eso no significa que no vayamos a notar sus resultados; muchos de los grandes avances científicos y tecnológicos que se han conseguido en los últimos años se han hecho realidad gracias un superordenador. Pero últimamente, siempre que hablamos de superordenadores repetimos las mismas dos cosas. Primero, que usan Linux, el sistema dominante en este sector; y segundo, que es un sector dominado por China. En la lista de los 500 ordenadores más potentes del mundo, casi la mitad son chinos; y por supuesto ocupaban las dos primeras posiciones.
Y hablo en pasado, porque hoy por fin se ha presentado Summit, el nuevo superordenador más potente del mundo; y por primera vez después de cinco años de dominación china, ese honor recae en EEUU.
El Summit, también conocido como OLCF-4, es el nuevo superordenador del Laboratorio Nacional Oak Ridge, y es el sustituto del Titan, el sistema que hace apenas ocho meses ocupaba la quinta posición mundial. Sí, incluso un sistema de semejante calibre se queda corto en ocasiones.
De ahí que, con el Summit, hayan echado el resto; el sistema ha costado 200 millones de dólares, y ocupa el mismo espacio que dos pistas de tenis; para funcionar necesita nada menos que 15 MW para él solito. Es toda una bestia. Y eso que IBM y Nvidia, las dos grandes compañías que han colaborado para su construcción, se centraron en conseguir más velocidad sin requerir tanta energía; calculan que necesita un 30% menos de energía para funcionar que anteriores sistemas.
En su interior, tiene lo mejorcito que ambas compañías pueden aportar. Unos 9.200 procesadores POWER9, de 44 núcleos cada uno (404.800 núcleos aproximadamente en total) de IBM son impresionantes.
Pero es que encima cuenta con nada menos que 27.600 GPUs Nvidia Tesla V100; y conociendo el rendimiento computacional que consiguen, no nos extrañaría que fuesen la estrella del Summit. Todo eso viene acompañado de 250 petabytes (250.000 TB) de almacenamiento, para que nunca falte espacio.
¿El resultado de todo esto? Pues nada menos que un rendimiento de 200 petaflops; es decir, que esta máquina es capaz de realizar 200.000 billones de operaciones por segundo.